Sobre la Tierra del Fuego
En velero y aeroplano a traves del pais de mis sueños
Autor:
Gunther Pluschow
Editorial:
SUDPOL
I.S.B.N: 978-987245243-8
Precio: $ 13500.00 / u$s 15.05
Materia:
-Argentina y Patagonia -> -Biografías-Historias Reales -> Relatos de Viajes
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-Biografías-Historias Reales -> -Memorias y relatos de viajes
Patagonia | General
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Tipo de producto: General
Reseña
Aventurero y navegante; aviador, escritor, periodista y, sobre todo, un verdadero pionero de la Patagonia. El nombre de Gunther Plüschow no dice demasiado en un primer vistazo. Pero detrás de él hay una verdadera leyenda a la que un grupo de apasionados seguidores de este personaje le rendirá homenaje hoy en Ushuaia.Plüschow fue el primero en llegar en un hidroavión a la isla de Tierra del Fuego, el 3 de diciembre de 1928. Allí vivían apenas unas 600 personas que quedaron encandiladas por la llegada del Cóndor de Plata, el hidroavión con el que Plüschow ganó fama por sus hazañas. Este sólo fue el comienzo de un increíble peregrinaje como aventurero, escritor, documentalista y diletante de los paisajes del sur del país.
Más allá de la Patagonia, la figura de Plüschow es de culto en todo el mundo. Sin siquiera imaginarlo fundó un club de fanáticos que hoy se encarga, con las dificultades propias del paso del tiempo, de seguir sus rastros y reconstruir esa imagen romántica y fantástica que dejó grabada con sus "locuras" en el aire, el mar, la tierra y las letras.
Uno de ellos es Roberto Litvachkes, documentalista y escritor porteño que acaba de editar Plüschow Secreto, donde recopila buena parte del derrotero de este alemán nacido el 8 de febrero de 1886 en Munich. "No sé por qué me interesó tanto este personaje; tiene que ver con ese espíritu de cuentos que, además, dejó un registro único de su época y sobre todo de la Patagonia", dijo Litvachkes desde Ushuaia, donde se realizará el homenaje.
El Aeroclub de Ushuaia construyó una réplica idéntica del Cóndor de Plata, de madera, aluminio y tela, que es una pieza única en el mundo y que quedará exhibida a partir de hoy.
La historia de este pionero y el Sur parece de novela. Y en realidad lo es. Plüschow, a los seis años, encontró en una postal un paisaje que lo embrujó para toda la vida: era una imagen de "La Tierra del Fuego". Plüschow, de todos modos, tuvo que esperar 40 años antes de conocer ese lugar que lo había cautivado de niño. Y desde que llegó no paró de investigar, registrar, escribir, fotografiar y filmar todo lo que pasaba delante de sus ojos. Incluso, Litvachkes, junto con otros miembros del "club Plüschow", lograron recuperar los 127 minutos del primer documental ["El Cóndor de Plata sobre la Tierra del Fuego"] de la Patagonia filmado por el alemán y que había sido exhibido en su momento en salas de Alemania y de Buenos Aires.
En verdad, Plüschow ya se había granjeado cierta fama antes de llegar a la Patagonia. Como escritor logró un gran éxito con su libro Las Aventuras del Aviador de Tsingtau, que vendió 600.000 ejemplares. La trama flechó a un público hambriento de la épica aventurera.
"Es como Saint Exupery con El Principito . Es una leyenda y en Ushuaia hay una calle con su nombre", dijo Rafael Fank, presidente de Aeroclub de Ushuaia.
Antes de todo esto, en 1913, Plüschow había sido asignado a Tsingtao, colonia alemana en China, durante los albores de la Primera Guerra Mundial. Después de esa experiencia decide abandonar la armada alemana y convence a algunos inversores para fundar una empresa de aviación. El emprendimiento dura sólo un tiempo. Su mujer Isot, al verlo entristecido por los problemas económicos, lo induce a rendir un examen como capitán de buque mercante. Y lo contratan luego para viajar por el Mediterráneo.
Un día su mujer recibe un telegrama desde Grecia que dice: "Me he encontrado con mi viejo camarada Laeitz, quien conducirá un crucero hacia América del Sur. Me ha solicitado y he aceptado ser el cronista de ese viaje y filmar el mismo. Compra una cámara de fotos y una filmadora con su manual y envíamelos cuanto antes". Isot no tuvo más remedio que "hacer las compras" y, en septiembre de 1925, Pluschow partió en el velero Parma, de cuatro mástiles, desde el puerto de Hamburgo. Viajó 75 días para encontrarse finalmente, a los 43 años, con la tierra soñada donde dejó una huella imborrable en relativamente muy poco tiempo.
En 1931, durante una de sus riesgosas travesías, Plüschow murió al caer su avión cerca del Glaciar Perito Moreno. Tenía 45 años.
Ahora, la réplica del aeroplano que se exhibe en Ushuaia busca mantener la llama de un personaje como Plüschow que, como muchos otros, tiende a crecer con el tiempo.
