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Crisantemo Blanco

Autor: Lynn Bracht, Fuentes Tarín
Editorial: Harper Collins
I.S.B.N: 9788491392446
Precio: $ 25300.00 / u$s 28.47
Materia: -Ficción y Literatura -> -Moderna y contemp (+1945) -> -Literatura norteamericana - -Ficción y Literatura -> -Romántica
Favoritos en Papel | General
Stock: Consultar disponibilidad
Tipo de producto: General


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Reseña

Estamos en 1943, en la Corea ocupada por los japoneses, dos hermanas crecen dentro de la comunidad Haenyeo de la isla de Jeju. Las mujeres haenyeo son conocidas por su maestría en el buceo; la suya es una comunidad muy peculiar donde son las mujeres las que ganan el pan.

La hermana mayor, Hana, se encuentra buceando un día con su madre mientras su hermana pequeña juega en la playa. Cuando ve que se acercan unos soldados japoneses, vuelve nadando hacia la costa para proteger a su hermana y es secuestrada en su lugar. Los japoneses conducen a Hana a una base militar en China, la instalan en una Estación de Consuelo y le ponen un nuevo nombre japonés: Sakura. Va a convertirse en una Mujer de Consuelo. Para los japoneses, las Estaciones de Consuelo eran prostíbulos; las Mujeres de Consuelo, sus prostitutas a la fuerza.

Crisantemo Blanco se mueve entre 1943 y la Corea del Sur actual para contar la historia de dos hermanas separadas por la guerra. Los historiadores estiman que casi 200.000 mujeres fueron capturadas y empleadas en trabajo esclavo sexual por el ejército japonés durante la anexión de Corea por parte de Japón. Sólo 46 de esas Mujeres de Consuelo están vivas hoy en día, y sólo han sido publicados un puñado de libros antes de este que trataron de contar su historia. En diciembre de 2015, Corea del Sur y Japón llegaron a un acuerdo acerca de las Mujeres de Consuelo. Japón ofreció a Corea del Sur, entre otras cosas, eliminar el monumento conmemorativo de la Paz erigido en Seúl frente a la embajada japonesa en 2011. Este monumento supondría negar la historia de las mujeres de Corea del Sur. La lista de mujeres violadas en tiempos de guerra es muy larga y continuará creciendo a no ser que las historias de su sufrimiento sean contadas y leídas.