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El Lago de Carucedo

Autor: Valentn Carrera Gonzlez
Editorial: Ebooksbierzo
I.S.B.N: 9788494045882
Precio: $ 2800.54 / u$s 3.15
Materia: -Ficción y Literatura - -Ficción y Literatura -> -Clásicos (antes de 1945) - -Ficción y Literatura -> -Mitos y leyendas - -Ficción y Literatura -> -Romántica
eBooks | EBook
Stock: Disponible
Tipo de producto: EBook
Tipo de restricciones: Ninguna


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Reseña

Con El Lago de Carucedo, eBooksBierzo continúa la divulgación de los clásicos
bercianos, de nuevo en homenaje a Enrique Gil y Carrasco, cuya gran novela
histórica El Señor de Bembibre, publicamos recientemente. El Lago de

Carucedo (1840), aunque breve, es una obra mayor en la literatura de Gil;
contiene el embrión de su novela larga y todos los elementos de una leyenda
fantástica, inspirada en la tradición popular, a la manera de Bécquer o de
Walter Scott, autor del antecedente La dama del lago.


Tras un largo viaje por su tierra, Gil y Carrasco elige un enclave mágico en
el corazón del Bierzo: el lago de Carucedo, a tiro de piedra de las Médulas y
del castillo de Cornatel, un paisaje fascinante por su belleza, que el autor
describe con la maestría de ser el primer paisajista español. Sobre este
paisaje en primer plano, transcurre la leyenda, una historia de amor tortuoso
e imposible: la pasión de dos hijos del pecado, Salvador y María, nobles
bastardos condenados desde la cuna a la infelicidad.

María y Salvador se conocen, se aman, se desean apasionadamente; pero el poder
turbio del señor feudal de Cornatel se interpone entre ellos y los extravía
por los caminos de la vida. María, huérfana solitaria de una madre tocada por

la brujería, recluida de convento en convento, es la virgen que, de puro
mustia, enloquece. Salvador, personaje que anticipa al Señor de Bembibre,
lucha contra los moros, conquista Granada, hace las Indias nada menos que como
primer lugarteniente de Cristóbal Colón y regresa a casa cansado y derrotado,
para hacerse monje en Villarrando. El reencuentro de los dos amantes es
terrible: Salvador adora en su celda un retrato de la Dolorosa de Durero en el
que solo ve las facciones virginales de María. Ella, loca y febril, no
reconoce a Salvador. Cuando de nuevo estalla entre ellos la pasión, es tarde:
sus votos religiosos, su devoción, se interponen ahora como antes el bruto del
castillo.

Toda su vida devota y ejemplar, consagrada a la fe y a la oración, tiene una
oscura recompensa: si ahora profanan los hábitos, pues se aman, les espera la
condenación eterna. ¡Sea!: pueda más el amor que la amenaza del infierno.

Apenas cometido el sacrilegio, el castigo divino se precipita en forma de una
horrible catarata que sepulta a los amantes y sumerge el monasterio bajo las
aguas de un hermoso lago.

El lago de Carucedo será, dice la leyenda popular que nos cuenta Gil, lugar de
reposo eterno del amor; pero tal vez aguarda al lector alguna sorpresa que
debe descubrir por sí mismo. Una novelita atea y socarrona, cargada de ironía
sacrílega, donde nada es lo que parece. Un drama romántico subversivo, el amor
en estado puro, cuya falta provoca la locura y la rebelión contra un dios sin
misericordia. Quizás el texto más directo y profético en el que Enrique Gil y
Carrasco expresa su radical incredulidad y, acaso, su propia desesperación
personal.