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4 de Junio - 16:30 hs

Cenizas en Patagonia

Autor: Alfredo Leiva Duran
Editorial: Ediciones Patagonia Escrita
I.S.B.N: 9789872769451
Precio: $ 7900.00 / u$s 9.02
Materia: -Argentina y Patagonia -> -Artes y Arquitectura -> Fotografía - -Artes, Arquitectura y diseño -> -Fotografía -> Fotografías: colecciones
Patagonia | General
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Tipo de producto: General


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Reseña

La tarde que se hizo noche.
Al observar estas fotografías del reportero gráfico Alfredo El Chino Leiva recordé una suerte de definición de la poesía del poeta cubano Eliseo Diego, él decía: Poesía es el acto de atender en su máxima pureza. Y creo que esa actitud es la que impregna la obra de este artista, no sólo de la imagen sino también de la crónica social.
Porque "04 de junio 2013 16.30 hs." expone la sensibilidad y compromiso de su autor en estas obras de foto periodismo que relatan la caída de cenizas provocada ese día de 2011 por la explosión del volcán Puyehue y la fisura en el cordón volcánico Caulle ubicado a unos 90 kilómetros al noroeste en línea recta de Bariloche y 40 kilómetros al oeste de Villa La Angostura.
Con su ojo entrenado en la mejor tradición de la fotografía socio-documental, logra apresar el instante -a la manera del poeta que compone un haiku- y así lo rescata del olvido para otorgarle la borgeana condición de la eternidad.
Su lente capta tanto el gesto involuntario de tristeza instalado en la cara del paisano, desamparo ante lo que amenaza y es incierto, como el mínimo, fugaz, movimiento de la naturaleza, sea temblor del agua convertida en oleaje de ceniza como danza del viento en una estepa gris en la que animales hambrientos andan sin rumbo. Este libro nos deja el relato testimonial e histórico de lo que fue nuestra vida a partir del 4 de junio de 2011 a las 16.30 hs. La tarde se hizo abruptamente noche y cayeron toneladas de arena y cenizas volcánicas y hasta piedras calientes en Villa La Angostura. Truenos y temblores aumentaron nuestra incertidumbre.
Parecía el fin. La vida fue otra y empezó a contarse en términos del volcán Cordón Caulle Puyehue y la omnipresente ceniza.
Quedamos tapados por esa brutal, inesperada realidad. Descolocados, perplejos, atemorizados y girando en un planeta gris. La ceniza nos obligó a fijar prioridades, elaborar estrategias de supervivencia y sobre todo a confiar en nuestra capacidad de salir adelante, como lo hicimos. Atravesar la adversidad y seguir adelante, tal cual muestran estas poderosas imágenes, mucho más contundentes que todas las palabras a las que se pueda apelar.
La mayoría de nosotros puede ver, mirar es otra cosa. Aquí se mira no sólo con un ojo adiestrado en la captación del detalle sino con el corazón y la sensibilidad de un artista que al hacerlo pone en juego su conocimiento del oficio y su compromiso con la tierra natal y su gente, con Bariloche, Villa La Angostura y la extensa Línea Sur. Paciencia y empatía, dedicación y entrenamiento en la observación de la historia ajena que, finalmente, termina siendo igual a la propia. La cámara parece estar en guardia todo el tiempo. Como un vigía en su puesto que guiado por el instinto logra rescatar del olvido seguro la escena que lo dice todo sin palabras. Pienso en la fotografía de una oveja solitaria avanzando en un mar de ceniza, la cabeza erguida, el paso firme, alta la frente, toda ella es un emblema de dignidad y entereza. Esa foto hondamente conmovedora es una de las tantas que a través de la síntesis y la precisión de este artista nos pone en situación de comprender la realidad que vivimos y que en su momento, hace un año, fue una catástrofe, una prueba durísima en la que el pueblo terminó tomando las riendas, haciéndose cargo.

Decía el gran maestro Henri Cartier-Bresson, padre del foto periodismo, "El aparato fotográfico es para mi un cuaderno de croquis, el instrumento de la intuición y de la espontaneidad, el maestro del instante que, en términos visuales, cuestiona y decide al mismo tiempo. Para significar el mundo, es preciso sentirse implicado con lo que se recorta a través del visor. Esta actitud exige concentración, sensibilidad, un sentido de la geometría. Es a través de una economía de medios y sobre todo el olvido de uno mismo como se llega a la simplicidad de la expresión".
Estas palabras de Cartier-Bresson vienen al caso porque encuadran con acierto este trabajo: intuición, espontaneidad, concentración, sensibilidad, economía de medios, olvido de uno mismo y simplicidad en la expresión. Parecería estar hablando de él también cuando asegura estar "resuelto a atrapar la vida, a preservar la vida en el acto mismo de vivir. Sobre todo, atrapar la esencia, dentro de los límites de una sola fotografía, toda la esencia de la situación que estuviera desarrollándose ante mis ojos".
Hoy tenemos, afortunadamente, esta obra, "4 de junio - 16:30 hs."
de Alfredo El Chino Leiva, en formato libro y le damos la bienvenida al mundo de los lectores. Es a ellos, a Uds., a quienes invito a descubrir en estas páginas el testimonio de la gesta vivida por nuestra sociedad la tarde que se hizo noche en junio de 2011.